Pablo Aranda quiere ser pirata (pero de los buenos)

Posted by   lenguaverde   |   Categories :   Biblioteca Lengua Verde

Escribir para niños es una tarea desmedida, titánica, colosal, inabarcable. Sin embargo, para Pablo Aranda parece tan natural como andar o respirar. Todo esto viene al caso porque acabamos de leer su libro ‘Fede quiere ser pirata’, con el que ganó en el año 2011 el II Premio de Literatura Infantil Ciudad de Málaga, y nos retuerce cierta envidia al comprobar la frescura e ingenio que el autor malagueño pone en este bello reto (suponemos que lanzado por sus propios hijos).

Fede es un niño a punto de cumplir los cinco años que quiere ser pirata, pero de los buenos. Y tiene claro que para ser pirata necesita una pata de palo, un loro y un barco con el que surcar los siete mares en compañía de su amiga Marga. El problema es que, al contrario de lo que le ocurre a él, los piratas suelen bañarse solos, no usan manguitos para nadar y no tienen hermanas que los llamen constantemente “renacuajo”.

El escritor malagueño Pablo Aranda.Partiendo de esta premisa, Pablo Aranda escribe un cuento muy fluido y ameno, que sirve tanto para ser leído para adentro como en voz alta, y en el que destacan especialmente los juegos de palabras, como “quitarle la piel a una mandarina es mondarla, por eso deberían llamarse mondarinas”.

“Espero que si tienes una pesadilla sea la pesadilla que se muerde la cola, así se hace daño a ella misma y te deja en paz”, le dice a su hermana el personaje de Pablo Aranda.

Por último, aunque no menos importante, hay que destacar las atractivas ilustraciones de Esther Gómez Madrid, que destacan por su esmerado estilo a mano y por el carácter imaginativo de las escenas, en la que contrastan los colores fríos de los fondos con los cálidos de ciertos detalles, como el loro de Fede.

En definitiva, una obra entrañable, que seguro será del agrado de todos esos niños que sueñan, en su fuero interno, con vivir grandes hazañas cuando sean mayores. Sin embargo, quizá la mayor hazaña sea precisamente la de no crecer, para poder seguir soñando con loros y patas de palo y barcos que surcan los siete mares en compañía de buenos amigos.

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15 octubre, 2015